Los candidatos que gobiernan se aprovechan de la publicidad institucional. El alcalde de Buenos Aires le pone el mismo color a la publicidad de la ciudad y a la de su campaña
ALEJANDRO REBOSSIO EL PAIS DE MADRIDBuenos Aires 12 OCT 2011 - 10:09 CET3
Faltan menos de dos semanas para las elecciones presidenciales de Argentina y, desde este sábado, rige la prohibición legal de que los gobernantes que también son candidatos anuncien medidas o inauguren obras para evitar abusos del aparato del Estado. Sin embargo, es habitual que esta norma se incumpla tanto en comicios nacionales como locales en un país en el que más de un gobernante de turno usa la propaganda oficial para glorificar su nombre.
En la autopista de Buenos Aires a Rosario se leen carteles que anuncian obras públicas bajo la leyenda "Aquí también la Nación crece" y con la imagen serigrafiada de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. En las carreteras de la provincia de Córdoba resulta habitual leer otros carteles que anuncian el "Plan Obras para Todos los Argentinos. Presidencia Cristina Fernández de Kirchner".Como para que nadie se olvide de que la líder peronista es la presidenta.
En la provincia de Buenos Aires, el gobernador Daniel Scioli, también peronista, busca la reelección el 23 de octubre y para eso hace las delicias de los contribuyentes. Un anuncio de televisión comienza anunciando que el Gobierno bonaerense ha cerrado cientos de vertederos a cielo abierto, después lanza la consiga "Sigamos creciendo" y recuerda que el gobernador es Scioli. Por último, aparece la placa que explica quién paga la publicidad: ARBA, la oficina de Hacienda de la provincia de Buenos Aires.
Además, todo está teñido bajo el color naranja con el que Scioli ha identificado toda la propaganda de su Gobierno y también la de su propia campaña electoral. Como para que sea difícil distinguir entre una cosa y la otra. También el estatal Banco Provincia de Buenos Aires anuncia en televisión que ha prestado decenas de miles de microcréditos y no se olvida de exhibir la figura del gobernador.
El uso de los recursos del Estado para promover gobernantes no sólo ha sido costumbre de peronistas sino también de algunos de sus tradicionales rivales, los radicales. Incluso lo hacen algunos de los que en la última década se han presentado como la "nueva política", después de la proclama popular "que se vayan todos" de la crisis argentina de comienzos de la década pasada. Un ejemplo es Mauricio Macri, el empresario y ex presidente del Boca Juniors que creó la conservadora Propuesta Republicana (PRO) y que en junio pasado logró la reelección como alcalde de Buenos Aires.
Al igual que Scioli, Macri tiñó la propaganda de la capital con el mismo color que su partido, el amarillo, y en la última campaña electoral su figura aparecía en los anuncios televisivos sobre las novedades de la ciudad. Los gobernantes porteños sólo tuvieron la delicadeza de no mencionar a Macri cuando su rostro irrumpía en el final de los avisos.
Quizás una de las formas más innovadoras de usar los fondos públicos para la difusión de un político haya sido implementada a principios de este año, en pleno verano austral, por el gobernador de la provincia norteña de Salta, el peronista Juan Manuel Urtubey. Un anuncio televisivo que promovía el turismo en Salta, no por nada apodada La Linda, mostraba los diversos paisajes que ofrece la provincia, pero para sorpresa de los televidentes al final aparecía la que quizá sería una última atracción para los viajeros: el propio Urtubey, joven y apuesto entre las montañas de su tierra. Después de lograr su reelección en abril pasado, Urtubey anunció que buscará la presidencia de Argentina en 2015. Con fondos de su provincia, ya lo empiezan a conocer los argentinos de otros pagos.
EL BLOG OPINA
El estado de ocupa de todo. Esa es una realidad palpable para los políticos corruptos. Se cobran y se dan el vuelto. Las arcas públicas son su caja chica. Todo, absolutamente todo, hasta su ropa interior, un perfume, un caprichito cualquiera, los que generalmente son bastante caros se lo cargan a la cuenta de la nación y por la nota también sabemos que no existe aquello que se llama propaganda oficial o institucional, sino que es un ardid para promocionar candidaturas personales con el dinero de todos. Siempre se consideró a la política como un buen negocio, hoy día no hay mejor inversión...