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martes, 27 de septiembre de 2016

Management 2020: "El ADN argentino impone su impronta en el resto del mundo"

Carlos Bayala, de New, y José Del Rio, de LA NACION. Foto: LA NACION
Cinco ejecutivos con presencia en diferentes países analizaron las características que distinguen a la conducción local y que la hacen reconocida a nivel internacional
SEGUIRCarlos ManzoniLA NACIONDOMINGO 24 DE ABRIL DE 2016
Carlos Bayala, de New, y José Del Rio, de LA NACION


Uno está en Silicon Valley, otro en Italia, otro vive en Buenos Aires, pero pasa dos días por semana en un avión; otro tiene su sede en Londres y otro hace 26 años que salió de la Argentina para residir en distintos países. Nadie mejor que ellos para analizar el fenómeno del "management argentino por el mundo", el tema que se abordó en la tercera jornada de la tercera edición de Management 2020, organizado por LA NACION y Accenture. Y "ellos" son: Tomás Pierucci, cofundador y presidente de Bluesmart; Horacio Pagani, dueño de Pagani Automobili; Gonzalo Lissarrague, presidente de Global Growth & Operations de Thomson Reuters; Carlos Bayala, director creativo de New, y Germán Curá, presidente de Tenaris Norteamérica.

En distintas entrevistas que les hizo uno por uno José Del Rio, adscripto a la Secretaría General de Redacción de LA NACION, estos "ciudadanos del mundo" desmenuzaron lo que es para ellos el ADN nacional que distingue a los argentinos que trabajan fuera de las fronteras de su país y que hacen llegar sus creaciones, gestiones e impronta al resto del planeta.

"¿Qué distingue a los argentinos del resto?", fue la pregunta que disparó el análisis y a partir de la cual los cinco entrevistados dejaron palabras como "creatividad", "garra", "pasión", "capacidad de adaptarse", "empatía" e "irreverencia", entre otras.

Pierucci considera que lo que caracteriza al argentino es que tiene mucha garra y pasión, y le cuesta mucho darse por vencido. Avanza contra viento y marea, y por más que le digan que no. "Creo que los argentinos, a raíz de todo lo que vivieron en el país, se van fortaleciendo individualmente. Lamentablemente como grupo todavía no funcionamos muy bien, pero soy optimista y creo que vamos por el buen camino para mejorar en ese aspecto y que lo que se viene de acá para adelante es muy bueno", comentó.

Horacio Pagani, de Pagani Automobili. Foto: LA NACION

Pagani amplía el espectro y prefiere referirse a los latinos en general. Opina que se trata de un grupo con características interesantes. "Somos creativos, fantasiosos, simpáticos, vivos y tenemos una buena invención. Y tenemos muy poco respeto por la historia. Entonces contamos con un montón de cosas fantásticas y otro montón de cosas que nos hacen siempre empezar de nuevo. Cuando no respetás la historia, te toca siempre empezar de nuevo", opinó.

Sin duda que las recurrentes crisis por las que atravesó el país han dejado su impronta en el ADN del management argentino por el mundo. Esto es lo que refleja el pensamiento de Lissarrague. "La crisis, para nosotros, tiene que ser una oportunidad porque vivimos en constantes crisis. Cuando suceden las situaciones más difíciles es cuando nuestros clientes más requieren que estemos cerca de eso", dijo el ejecutivo.

Para Lissarrague, un componente muy importante del management argentino es que puede trabajar a nivel estratégico, pero también a nivel operativo. "Podemos mirar cuál es la visión global, pero también entender que hay cuestiones operativas a resolver todos los días. Además tenemos una enorme adaptación al cambio, vemos el cambio como algo positivo. Otro componente importante es la capacidad que tiene el argentino de relacionarse con el otro", acotó.
Germán Curá, de Tenaris. Foto: LA NACION

Sin duda, los argentinos son un caso distinto, se hacen notar en cualquier lugar en el que dicen "presente". En este sentido, Bayala destacó que el nacido en estas tierras tiene una distancia, una perspectiva y una participación que lo hace único. "Tenemos un buen nivel de ironía que nos hace muy irreverentes y nos pone en un plano de mucha posibilidad. No creemos mucho en lo que se nos da, entonces lo rompemos todo y lo volvemos a armar", enumeró.

Claro que estas características, según Bayala, son productivas siempre que se tenga un poco de paciencia para esperar los resultados a largo plazo. Y la paciencia, dijo, no es una característica muy criolla. "El argentino está muy interesado en conocer al otro, en aprender y entender dónde uno está parado respecto de las ideas que hay alrededor. Luego se mezcla el narcisismo y arma un lío tremendo en la ecuación", agregó el creativo.

Curá, por su parte, enfatizó que, según su experiencia, el management argentino tiene tres características notables: "La primera es una muy buena base profesional; la segunda es que tiene un nivel de compromiso notable, y la tercera es la dimensión humana, porque el argentino en general es curioso, empático, se integra, pregunta, aprende, y por lo tanto es bien recibido por otra cultura que al final lo reconoce y lo promueve".

Tomás Pierucci, de Bluesmart. Foto: LA NACION

A la hora de diseccionar las razones por las cuales son exitosos en lo que hacen, Pagani puntualizó que lo importante es razonar con la mentalidad del cliente y tratar de crear un vestido a medida, que, en su caso, es un automóvil. Pensamos que los clientes son realmente nuestros patrones, los que nos pagan los sueldos y hacen crecer nuestra familia.

Lissarrague prefirió dejar de lado lo individual para centrarse en el conjunto. "Más que un individuo, lo importante es un equipo. Un equipo que crea, que tenga sentido del propósito, que tenga humildad para aprender y que sepa que de los errores también se aprende", afirmó.

Según Bayala, afuera se conocen nuevos niveles de humildad, porque se tiene menos público alrededor. "Entonces te la jugás un poco más, bajás algunos cambios, observás más. El público más difícil es mi mamá, mis hermanos, mis amigos. Esos son los públicos más bravos, aunque todavía no entienden muy bien qué hago", se sonríe el creativo.

¿Qué se gana creciendo afuera y qué se pierde? se le preguntó a Curá. Respondió sin dudar que lo que se gana es una visión del mundo muy real. "Yo tuve la oportunidad de ser el responsable global de la firma, lo que me llevó a recorrer cada rincón del mundo y me permitió entender sobre consumo, marco regulatorio, etcétera", contestó.


Gonzalo Lissarrague, de Thomson Reuters. Foto: LA NACION
Entre lo que se pierde, señaló la cotidianidad de la Argentina, los afectos. "Afortunadamente, la tecnología en los últimos años ha permitido mantener un contacto más fluido. Ahora, si me lo preguntás, volvería a hacer lo mismo, sería un ciudadano global, porque la experiencia hecha por mí y mi familia te da una visión de cómo funcionan las cosas, de cómo se pueden hacer las cosas más allá de las diferencias de opinión, y cómo se debe gestionar", explicó Curá.

El hecho de estar fuera del país, con los ojos en varios mercados, lejos de los seres queridos, requiere una templanza especial. El manejo del estrés se vuelve una condición casi vital. En este aspecto, Curá observó que el argentino, producto de su historia de vaivenes, ha aprendido, a veces hasta inconscientemente, a enfrentar situaciones cambiantes. "Lo hacemos preservando siempre la visión de largo plazo y estando siempre dispuestos para adecuarnos a la realidad de lo que la volatilidad de nuestra industria va demandando", concluyó.

Sin duda, el ADN argentino deja su marca en el management mundial y es mirado con respeto en el resto de los países, donde la impronta criolla se abre cada vez más camino.


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